Lee el siguiente cuento, pegalo en tu cuaderno de MUCI. Luego con ayuda de tus papás escribe un breve resumen de lo que entendiste, elabora un dibujo para el cuento.
LA MEJOR RANA DEL MUNDO.
Había una vez una rana muy ambiciosa y presumida; tanto, que estaba convencida de que era un prodigio de la naturaleza, algo infinitamente bello e irrepetible. Por este motivo la rana resultaba poco agradable a los demás y bastante egoísta. No toleraba que otros pudiesen halagar a terceros y no a ella misma, pues hasta ese punto llegaba su insensatez.
- ¿Habéis visto a ese buey que pasea últimamente por aquí? Es tan grande y con un pelaje tan lustroso…- Exclamaba otra rana de la charca.
- ¡No decís más que tonterías! ¡Yo poseo el mejor color, el mejor brillo y la mayor de las fuerzas! – Contestaba la rana presumida molesta.
Y en esto que, estando un día tomando el sol a la orilla de la charca, la rana vio pasar al buey del que le habían hablado en cierta ocasión. Pudo contemplar la majestuosidad de sus formas, el brillo de su pelaje y la fiereza de su rostro. Sin duda era un animal magnífico y digno de ver.
La rana, molesta al verle, hizo todo lo que estaba en su mano y más, para poder hacerse más grande. Pero por más que se hinchó y se hinchó, no podía alcanzar las dimensiones del buey. Llena de frustración por no lograr los resultados deseados, la rana no dudó en ir más allá de sus posibilidades, y de nuevo hizo por hincharse un poco más hasta que, de pronto, estalló como una pompa de jabón.
¡Qué bien se lo pasaron las ranas de la charca aquel día saltando y jugueteando sin parar! Igual que podía haberlo hecho la rana de nuestra historia, si hubiera aprendido a tiempo a aceptarse a sí misma y a no ponerse por encima de los demás.
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